EL MUNDO EN LA VENTANA


Aprender por fin que lo real no es cierto
Y que tus sueños te enseñan tanto como tus maestros
Y que es la gorra verde que oculta tu pelo
Lo que te hace tan bella a mis ojos en la mesa de al lado
Y que es porque lo ocultas, si bien solo en parte,
Y también por eso,
Y que te pintas las uñas rojas,
Para que contrasten con tus piernas de negro,
Y es que sentada frente a la ventana,
Eres tú en el escenario del mundo
De una calle concurrida en una tarde fría pero tan viva
De este tiempo que tomamos fraccionado
Como los recurrentes antibióticos del invierno
Y es tu ser desconocida,
Desconocida para mi, como también yo para tí
En el rabillo de tu ojo enmascarado,
Tu perfil que contemplo como un filtro y un marco
Al ver pasar la realidad o su reflejo en la luna del Starbucks
Y es tu injerencia en mi visión lo que varia su valor al alza
Como es el hecho de hallarme en el ensueño
El poso de la siesta demasiado larga,
De las noches febriles, con la calefacción alta,
Salir del caluroso desierto de mi cama
Entre reverberaciones y revelaciones de lo que nunca ha sido
Aunque quiera dejarme creer
Que esta lucha todavía puede tener algún sentido
Y así, en la ligera psicotropía que produce el sedimento
de tantas horas en torno a la comida y la bebida
Y las noches inmensas con que se celebra una vez más el solsticio
Quieres creer que hay algo que aprender
Y algo que aplicar y poner en práctica y un camino nuevo que recorrer
Y una forma nueva de hacer las cosas en el año flamante
Mientras que lo que te produce el mayor placer
No es la vigencia de la expectativa
Sino esa distorsión de la verdad y la esperanza
Que produce la vieja belleza filtrada por los cristales,
En torno al perfil de una desconocida,
Por la calle helada y a la vez palpitante,
Por tus zapatos fríos y tu mente como tus manos
Calientes y humeantes como el vaso de café.

1 comentario:

U.B dijo...

Jodeeeeeeeeer, precioso, Juan.