AMOR Y MELOCOTONES


Aquella colcha verde desvaída
sobre las sábanas, ásperas y recias
tu cuerpo en mi cama del Studentenheim

Mañanas de Agosto en que me ofrecías
desayunos de té y melocotones
a la luz indecisa del sol alemán

Bávara y morena, pálida y delgada
de ojos grises y un nombre de seda
sedienta de amor, de tu andadura al alba

Me enseñaste a escuchar del ruiseñor
el canto nocturno en los jardines
del castillo, a seguir de Hölderlin

los pasos en el bosque del Odenwald
a perder mi corazón en Heidelberg
cumpliendo los augurios de una postal

Abrazados sobre el césped del río
regalándonos promesas inviables
que al abrir las esclusas se alejaban

siguiendo a los barcos, camino del mar
verano dulce, como melocotones
süsse Silke da bist du noch in meinem Herz.

14 comentarios:

Anónimo dijo...

Es tan bonito que yo diría que ha sido verdad.

FidiasNet dijo...

Yo también diría que ha sido verdad.

Marta Noviembre dijo...

Juan, qué lindo poema con nombre y apellidos... Yo también apuesto a que fue verdad.

Ah! Ahí va mi respuesta a tu rima (realmente, no rima mucho con la tuya, pero ahí va igualmente):

Sólo lo que siento hace el camino,
de mi alma a mi mano,
si te encariñaste con mis palabras,
tuyas serán un día no muy lejano.

Un beso

d dijo...

Cómo me suenan esos desayunos germanos de fruta y té. Y esos ambientes fríos en los que el calor y la luz del interior se aprecian tanto.
Velázquez no pintaba la luz porque la tenía. Vermeer vivió toda la vida fascinado por lo que era escaso en su tierra.
Me encanta, Juan. Ya nos vemos pronto. Ya queda poquillo.
Mañana tengo Antropología y me va a salir fatal porque he madrugado y estoy de un empane como para recubrir dos toneladas de croquetas. Que sirva de algo...

UN abrazo enorme

Anónimo dijo...

Precioso como siempre Juan. ¿Qué quiere decir la última frase?.

Gloria dijo...

"cumpliendo los augurios de una postal"... eso sí me suena misterioso

y "promesas inviables" me emociona casi hasta las lágrimas, es una imagen, esa de la pareja en el cesped y sus promesas, que me estruja el corazón, por conocida, quizá.

Juan dijo...

A petición de los visitantes, os cuento:
Este poema describe el final de una historia de amor verdadera del autor, unos años más joven, con una preciosa muchacha alemana llamada Silke, cuyo final se desarrolló en Heidelberg, ciudad romántica por excelencia, donde estuvo Hölderlin, que paseaba por el bosque del Odenwald, donde hay ruiseñores en el jardín del castillo. En fin, que todo lo que se cuenta es totalmente cierto y real. Nos despedimos con promesas inviables y lágrimas. La referencia a la postal: las postales tipicas de Heidelberg dicen en alemán "Yo perdí mi corazón en Heidelberg", lo cual os juro que ocurrió. Fue una de esas situaciones de encrucijada de "Qué habría ocurrido sí...." y tuve que tomar una decisión, quién sabe si correcta. En cuanto a la última línea dice "Dulce Silke, aún estás ahí en mi Corazón". Gracias por vuestros comentarios. ¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Joder, tío, no sé si decirte que qué suerte, o qué mala suerte. En cualquier caso te repito que el poema es MUY BUENO, y también te digo que eres un tío guay, y que seguro que Silke también se acuerda de ti.

Leo Zelada dijo...

Encima lo explicas Juan...Bueno,esto me hace acordar el final del Nombre de la Rosa de Eco.

Uno nunca llega a saber si fue la decisiòn correcta,pero queda el poema que al fin y al cabo es lo unico que queda permanente.El Registro de algo que tocaba el apeyron.

Saludos.

Leo Zelada dijo...

A veces me sorprendo que en pleno estado de embriaguez,siendo las 6 y 20 de la mañana todavia me funcionen algunas neuronas.

elnaveiras dijo...

Estás de lo más prolífico, compañero.

Violeta dijo...

Juan, qué bonito, poetizas el alemán. Y la vida, promesas inviables , céspedes, ruiseñores, postales, melocotones ... están lo más lejos de ser prosaicos :)Besotes

Amanda dijo...

Como diría aquella de Serrat ..."nada más bello que lo que nunca he tenido... nada más amado que lo que perdí..."
Puede que la única manera de lograr que una historia de amor sea perfecta, consista en dejar que se pierda en los recuerdos y en la distancia.

Saludos, hasta aquí llega el olor de esos melocotones.

pepa dijo...

Bravo por Amanda. Lo mejor está por llegar...
Lo pasado , ya pasó... Lo último.... , muy especial...