DESAYUNO


Con qué apetito,
al levantarse una mañana de enero
nos comemos el desayuno
de esperanza e ilusión
que lo apacible del tiempo, y la luz
nos invitan a compartir
dejando el estómago lleno
de reservas
para encarar las contradicciones
con que la vida se cambia de chaqueta
continuamente

1 comentario:

Marcus dijo...

yo muerto de hambre y tu hablando de desayunos!!

lo único q tengo en mi estómago son deudas hipotecarias, muchos sueños pendientes, algunas promesas sin cumplir, y una mujer que se me ha atragantado a medio camino y no sé si expulsar o tragar.

besos